El sector de la moda es una industria esencial en la sociedad y economía actuales. Su influencia ha ido creciendo a lo largo de la historia, y va más allá de la ropa: Es un reflejo de la cultura de una sociedad, y al mismo tiempo de la identidad de las personas, que utilizan la ropa para reafirmarse como individuos y al mismo tiempo transmitir su pertenencia a un determinado grupo social.
Podríamos decir que la moda tiene a la vez la capacidad de reflejar y dar forma al mundo. Pero eso no significa que esté exenta de retos, o que no se vea sujeta a los cambios y fluctuaciones que agitan a otros sectores, como la digitalización y la mayor concienciación medioambiental.
Si nos centramos en este último, en los últimos años el sector de la moda y retail se ha visto sometido a un fuerte escrutinio por ser uno de los más contaminantes a nivel mundial, especialmente lo que se conoce como fast fashion. Pero, en contraposición, los consumidores son cada vez más conscientes del impacto medioambiental de sus decisiones de compra, y optan cada vez más por evitar esta «moda rápida», comprar menos prendas, pero de mejor calidad, y elegir por marcas sostenibles que actúen para reducir su impacto ambiental de manera transparente.
En este sentido, según la revista Forbes, si bien ha habido pocas marcas nativas de moda sostenible, el crecimiento de los departamentos de sostenibilidad y las líneas de productos con uno u otro tipo de certificación verde en las grandes marcas y grupos de moda atestigua la demanda creciente y que comienza a ser mayoritaria de productos sostenibles.
Los materiales de confección, incluido el origen de las materias primas, los procesos de fabricación, e incluso los materiales de embalaje de los envíos de prendas están bajo este escrutinio medioambiental. Ya las etiquetas para la ropa no son una excepción: Fabricadas de manera sostenible, están transformando la forma en que las marcas operan y los consumidores eligen sus productos.
¿Cómo significa que una etiqueta para la ropa sea sostenible?
El principal factor a tener en cuenta es el material con el que se elabora la etiqueta. No solo se tiene que optar por un material reciclado, reciclable y/o natural, que son altamente biodegradables, sino que debemos asegurarnos de que el origen de estos materiales sea también respetuoso con el medio ambiente. Los que están teniendo una mayor adopción son:
- Materiales reciclados: Muchas etiquetas sostenibles se fabrican a partir de materiales reciclados, como poliéster reciclado o papel reciclado. Esto reduce la necesidad de recursos vírgenes y disminuye los residuos.
- Fibras orgánicas: Las etiquetas hechas de algodón orgánico, lino o bambú son populares debido a su biodegradabilidad y a su menor impacto ambiental en comparación con las fibras sintéticas.
- Tintas ecológicas: Además de los materiales de base, las tintas utilizadas en las etiquetas también juegan un papel importante. Las tintas ecológicas, a base de agua o de soja, son menos tóxicas y más seguras para el medio ambiente.
En nuestro propio proceso de diseño de etiquetas de ropa seleccionamos materiales ecológicos y sostenibles, como el algodón y el lino de cultivos controlados, el poliéster reciclado de botellas y de reconversión, o papel elaborado a partir de compuestos como papel reciclado, papel de cannabis, de césped, de arroz o de semillas.
También trabajamos con nuevos materiales y técnicas, como por ejemplo el tyvek 100% reciclable o el papel de piedra, un papel sintético compuesto en un 70%-80% de polvo de piedra caliza común y un 20%-30% de polietileno.
Por supuesto, el proceso de fabricación también debe ser sostenible, no tiene sentido proveerse de un material de bajo impacto ambiental y transformarlo mediante un proceso altamente contaminante. ¿Qué se debe tener en cuenta?
- Eficiencia energética: Las fábricas que producen etiquetas sostenibles deben optar siempre que sea posible por energías renovables y tecnologías de ahorro de energía, lo que reducirá significativamente su huella de carbono.
- Producción local: La fabricación local de etiquetas reduce las emisiones de transporte y apoya las economías locales, además de garantizar mejores condiciones laborales y salarios justos.
- Reducción de residuos: Los procesos de fabricación sostenible buscan minimizar los residuos mediante la optimización de los cortes de materiales y el reciclaje de sobrantes.
Impacto en el consumidor
Las etiquetas para ropa son mucho más que un simple cuadradito informativo de, por ejemplo, los cuidados de lavado de una prenda. Hoy en día se han convertido en potentes herramientas de marketing para la creación de una marca, informando a los consumidores sobre el origen y el proceso de fabricación de sus prendas, y fomentando así la transparencia y la confianza en las marcas.
Además, al proporcionar información sobre sostenibilidad, estas etiquetas educan a los consumidores sobre el impacto de sus compras, propiciando decisiones más conscientes y responsables.
Así, las etiquetas sostenibles añaden valor a las prendas, diferenciando a las marcas en un mercado cada vez más competitivo y alineando sus productos con los valores de los consumidores conscientes, ya que son un testimonio del compromiso de una marca con la sostenibilidad.
En resumen, desde la elección de materiales reciclados y orgánicos hasta la implementación de procesos de fabricación eficientes y responsables, estas etiquetas están impulsando un cambio significativo en la industria de la moda.
Además, reflejan una tendencia más amplia hacia la sostenibilidad que se extiende a múltiples sectores, demostrando que cada pequeño paso hacia prácticas más ecológicas puede tener un impacto significativo en nuestro mundo.
Al optar por productos con etiquetas sostenibles, los consumidores no solo están eligiendo moda consciente, sino que también están apoyando un futuro más sostenible para todos.